miércoles, 2 de junio de 2010

Al mejor postor y el Cártel de Los Pipopes

Al amparo de la complaciente desmemoria nacional, cuyo principio rector de que el escándalo mas reciente desplaza al anterior, la delincuencia gubernamental tiende sus redes y actúa impunemente sin que nadie pueda o quiera pararla.

El Presupuesto de Egresos de la Federación establece claramente que la eficiencia y eficacia se traduce en un correcto ejercicio presupuestal.

Luego entonces si existe un enorme subejercicio, excesivo gasto corriente, obras inconclusas y nulos resultados hay ineficiencia, ineficacia y corrupción.

Tal es el caso del Chitón, líder del Cártel de Los Pipopes que tienen jaque los puertos de Veracruz y Tuxpan.

Según Juan Ignacio Fernández Carbajal, Director General de APIVER, llegó a revivir al puerto de Veracruz, sin embargo ha hecho lo contrario hundido en su peor crisis las obras no se ejecutan, los contratistas y proveedores son extorsionados y el gastos corriente se ejerce con cinismo desmedido, celebrando contratos de prestación de servicios con los mas increíbles e inusitados objetos como contratar a un abogado para analizar un banco de piedra o el asesor fiscal, del asesor, fiscal que asesora al Jefe de Departamento de la Subgerencia de Recursos Financieros perteneciente a la Gerencia de Administración y Finanzas.

En realidad se trata de recursos adicionales para el Director General vìa contratos asignados discrecionalmente cuyos titulares le devuelven en efectivo parte de las ganacias mal habidas.

Y luego nos viene el señor Calderón a decir que la justicia para el mejor postor, cuando no solo la justicia sino los cargos, contratos, pedidos y todo lo que represente un ingresos esta a disposición del mejor postor.

El asunto viene a cuento debido a que como es costumbre con bombo y platillo se dijo que el Dia de la Marina se celebraría Veracruz, con la inauguración de unos muelles y de diversas obras que como NUNCA se ejecutaron, desplazaron el festejo a Tampico.

Y por que no se hicieron las obras, pues simple y sencillamente se descapitalizó a los contratistas con las dadivas que Sotomayor pedía para su Jefe el Chitón.