Este pendiente de la entrega que al parecer hoy hará del cargo.
Desde la semana pasada, precisamente el viernes 27 se decía que sería el último de Luis Tellez al frente de la SCT.
Es obvio de que señora Carpinteyro no esta sola y Cerisola junto con Leonardo Lazo han orquestado gran parte del escandalo.
Conste que a la Carpinteyro le urge inmunidad y que ya se le han acercado los del PRD para una diputación, el contacto esta claro el cuñado de Leonardo Lazo, Bernardo Batiz integrante del gobierno legitimo.
Téllez quiere irse, ¿lo dejarán?
http://www.eluniversal.com.mx/columnas/77095.html
Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
28 de febrero de 2009
En menos de 15 días, el Tellezgate escaló de nivel y de gravedad: de ser primero un escándalo que involucraba la vida privada de un miembro del gabinete presidencial, a destapar un caso de espionaje telefónico ilegal del que estuvo enterado el Presidente de la República antes de que se hiciera público, y a volverse finalmente el prolegómeno y la expresión pública de una fuerte lucha de poder y de mercado entre las dos empresas más importantes del sector de las comunicaciones en este país y en Iberoamérica: Telmex y Televisa
Fuentes cercanas al secretario aseguran que esta semana que concluyó planeaba hacer pública su renuncia. Si el anuncio no se produjo, algo debió ocurrir
En menos de 15 días, el Tellezgate escaló de nivel y de gravedad: de ser primero un escándalo que involucraba la vida privada de un miembro del gabinete presidencial, a destapar un caso de espionaje telefónico ilegal del que estuvo enterado el Presidente de la República antes de que se hiciera público, y a volverse finalmente el prolegómeno y la expresión pública de una fuerte lucha de poder y de mercado entre las dos empresas más importantes del sector de las comunicaciones en este país y en Iberoamérica: Telmex y Televisa.
La competencia en la telefonía y en la televisión satelital y por cable apareció como telón de fondo de este choque de titanes, en el que se vio atrapado el gobierno calderonista que, en su indefinición, vacilaciones de autoridad y divisiones internas, terminó siendo parte de un pleito entre las dos poderosas empresas, que para terminar de agravarse se contaminó con pasiones personales de los hombres del poder, guerra sucia y los millonarios intereses económicos que involucra.
El desgaste personal y político para Luis Téllez, el principal protagonista de este escándalo, ha sido brutal. El secretario de Comunicaciones y Transportes quedó, en los hechos, inhabilitado políticamente para el cargo y expuesto en su credibilidad e imagen pública. El propio Téllez lo sabe y, en días pasados, comentó con cercanos suyos la posibilidad de renunciar al cargo para evitar que lo sigan utilizando como catalizador del encontronazo entre Carlos Slim y Emilio Azcárraga.
Fuentes cercanas al secretario aseguran que esta semana que concluyó Téllez planeaba hacer pública su renuncia y habría tratado el tema directamente con el presidente Calderón. Si el anuncio no se produjo, como se preveía, algo debió ocurrir que cambió o sólo retrasó los planes del titular de la SCT.
Es posible que en la difícil coyuntura que se vivió esta semana para el gobierno calderonista —atentado contra un gobernador, agravamiento del desempleo, guerra PRI-PAN y los duros informes de Washington—, si Téllez informó de su decisión de tirar la toalla, le hayan pedido esperar porque no era el momento una baja en el gabinete.
Por lo pronto, en la valoración personal y política que ha hecho Luis Téllez, seguir en el cargo, aún con el respaldo que ya le había dado el Presidente, significa ahondar el desgaste y arriesgarse a que terminen de hacerlo pedazos. Téllez sabe que quienes lo espiaron tienen más grabaciones de sus conversaciones telefónicas. Por eso pidió “disculpas anticipadas” a los mexicanos y a quienes aparecen mencionados o referidos en esas grabaciones en las que el secretario destroza a varios actores de su sector y a personajes públicos, de los que se expresa mal y de forma soez.
En el cálculo del secretario de Comunicaciones, al pretender dejar el cargo, está parar las filtraciones en su contra y evitar que salgan a la luz más grabaciones. Al mismo tiempo, podría darle un giro a su situación si, en su decisión de separarse, anuncia que lo hará para exigir que se investigue a fondo y se castigue a los culpables de el espionaje ilegal de que fue objeto.
Así que la pregunta inicial en el Tellezgate cambió y ya no es si Calderón relevará a su emproblemado secretario de Comunicaciones; hoy la duda es: ¿lo dejará irse?
Téllez, ¿sólo la boquita?
http://www.milenio.com/node/174255
El caso de las grabaciones hechas a las conversaciones de Luis Téllez como secretario de Comunicaciones y Transportes tendrá un desenlace fatal para sus protagonistas.
Téllez, de quien en lo personal no me explico aún cómo pudo meterse en este brete, se encuentra en una etapa políticamente terminal, y Purificación Carpinteyro en el preámbulo de un proceso que la llevaría a prisión.
Y en medio, los implicados por “esta mujer” —como se refiere a ella Fernando Gómez Mont—, el Presidente de la República incluido, al haber sido informado por ella misma, según dijo, de las grabaciones que no quiso escuchar, ordenándole que se las entregara al secretario de Gobernación, que “las sometió a los estudios periciales correspondientes para determinar su origen y contenido con el objeto de analizar la legalidad de su procedencia así como de su posesión Y DIVULGACIÓN POR PARTE DE LA LICENCIADA CARPINTEYRO”, decía el comunicado del miércoles pasado.
Este martes, el titular de Segob dio a conocer que las grabaciones “pudieran ser ilegales”, por lo que las entregó a la PGR para que abra una averiguación previa, que se suma a la iniciada por la propia SCT contra Carpinteyro.
En esto, Luis Téllez aprovechó la inauguración de una expo de comunicaciones, el martes, para hacer un mea culpa sobre su vocabulario, ofreciendo disculpas por lo soez de su léxico, como si eso, lo ordinario, fuera lo realmente grave en este caso y no el fondo, diciendo que se sentía “profundamente apenado por haber ofendido a ciertas personas”, refiriéndose, quizá, al conducto por el cual el jefe del Ejecutivo podía guardarse, según exclamó, al presidente de la Cofetel, Héctor Osuna, presente en esta expiación pública y a quien la misma Carpinteyro señala como el que le entregó las grabaciones que llevó a Los Pinos, lo que éste niega, y que luego se hicieron públicas.
Total, ¡un desmadre!